Qué tan tóxicos son los sartenes para el ser humano.
El PTFE es el politetrafluoroetileno, para entendernos en el mundo de la cocina, es la capa antiadherente externa y negra que recubre muchos de nuestros utensilios y llamamos comúnmente teflón. «Teflón» es el nombre comercial que Dupont (empresa química estadounidense que inventó el PTFE) y le dio nombre a esta sustancia. Químicamente, el PTFE es un fluoropolímero, material plástico que se parece al polietileno, con la diferencia de que el PTFE tiene átomos de flúor donde el polietileno tiene átomos de hidrógeno. La disposición de esta cadena de monómeros le da unas características muy especiales al teflón, que lo han convertido en una sustancia de características muy versátiles y que dan lugar a gran variedad de aplicaciones. Veamos las características más importantes del PTFE: Bajo coeficiente de rozamiento: es el material con el coeficiente de rozamiento más bajo conocido, por lo que es perfecto recubriendo piezas mecánicas que sufren fricción, como balas, engranajes, piezas articuladas o prótesis óseas. Sellador y lubricante en multitud de usos, se utilizó incluso para sellar las juntas de la bomba atómica. Su facilidad de deslizamiento le hacen útil por ejemplo, en las escobillas de los limpiaparabrisas para evitar que chirríen, en toboganes o en suelas de esquíes. Inerte y no biodisponible: puesto que se trata de una molécula grande y estable, no reacciona con nuestro organismo ni con sustancias químicas. Por ello se usa no sólo en prótesis, sino también en tejidos artificiales, vasos sanguíneos, válvulas cardíacas, suturas. También por ser inerte se usa en mangueras o conductos que entran en contacto con sustancias corrosivas. Flexibilidad: permite usar el PTFE en tejidos corporales (por ejemplo, mallas que se insertan en operaciones de hernias) y en piercings que permiten que la joya se adapte en caso de un golpe o de cambios físicos. Antiadherencia: como antiadherente se aplica recubriendo la superficie de utensilios de cocina. También permite el fácil desmoldado, muy útil en la cocina, en moldes de diferentes tipos de industrias, o en la industria panadera (por ejemplo para utensilios de amasado). Se usa también para evitar que insectos o reptiles puedan trepar por las superficies revestidas con PTFE. En cirugía, además de usarse por ser inerte, flexible y soportar el rozamiento, es interesante porque inhibe el crecimiento de microorganismos al no poderse adherir. Aislante: para revestimiento de cables, conectores, placas de circuito. Impermeabilidad: las famosas membranas que impermeabilizan prendas y calzado, de forma a la vez transpirable, son de PTFE. Soporta grandes diferencias de temperaturas: permitiendo usarlo como revestimiento de aviones, cohetes, naves espaciales, tuberías que transportan líquidos muy calientes. De todas estas características, la que más nos interesa investigar es el hecho de ser una sustancia inerte, es decir, que no reacciona con otras sustancias químicas, tema cuya polémica vamos a estudiar detalladamente en este documento. En el uso de prendas su uso es impermeable de outdoor con gotas de agua, en los impermeables o chubasqueros y otras prendas deportivas impermeables tiene PTFE para repeler el agua. Porque usar el Teflón, PTFE y PFOA: y por cual se cuestiona su uso. La sustancia que originó la polémica alrededor del teflón es el PFOA. Estas siglas corresponden a Ácido Perfluorooctánico, también conocido como C-8. El teflón se inventó en 1938 y se aplicaba en sartenes desde 1961, usando el PFOA como emulsionante en la fabricación del PTFE. Es decir, el PFOA (u otra sustancia similar) se utilizaba en el proceso de fabricación del PTFE y en el producto final quedaba solamente un remanente de PFOA. La polémica sobre la toxicidad del PFOA surgió en 2001, cuando se acusó a DuPont de ocultar sus efectos nocivos para la salud, como carcinógeno y teratógeno (causante de cáncer y malformaciones en fetos). Si bien en un principio DuPont negó esta toxicidad, al parecer lo sabía desde la invención del teflón y fue sancionado con 16,5 millones de dólares en 2005, por exponer a sus trabajadores y por los vertidos de alta toxicidad. Además, se tuvo que comprometer a dejar de utilizar el PFOA para el año 2015 (2). En 2006 las principales empresas de fabricación de PFAS (entre los que se encuentra el PFOA) se comprometieron a buscar alternativas y eliminar estas sustancias de productos y emisiones (2), con respaldo científico que evidencie la seguridad para la salud y el medio ambiente. Es decir, la polémica de la toxicidad del teflón nunca estuvo asociada al PTFE, aunque el hecho de relacionar PTFE=teflón hace que exista la creencia popular de que el teflón es tóxico y por lo tanto, lo es el PTFE. El PTFE no es tóxico, pero hay unos aspectos a aclarar al respecto. En resumen: PTFE es la capa negra antiadherente que vemos en las sartenes. Es inocua. PFOA era un emulsionante utilizado en la fabricación de PTFE. Es tóxico. Teflón es el revestimiento de PTFE, PFOA y posiblemente otras sustancias, patentado por Dupont. El PFOA pertenece al grupo de los perfluoroalquilos, un grupo de sustancias biopersistentes y que se concentran en la cadena alimentaria. De estos compuestos se conoce su acumulación en tejidos y su toxicidad, como alteraciones endocrinas, carcinogenicidad de tiroides y de hígado y alteraciones de desarrollo. El PFOA se ha sometido a numerosos estudios, en los que ha quedado clara su toxicidad en estudios con animales (cánceres, problemas fetales, del sistema inmunológico, alteraciones tiroideas, colitis ulcerosa, problemas en el metabolismo de las grasas) si bien no hay estudios totalmente determinantes acerca de su efecto en humanos. No se conocen las vías de acción, pero hay suficiente evidencia de su toxicidad y la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer). lo clasifica como «posible carcinógeno en humanos» con una evidencia limitada y para REACH "registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias y preparados químicos". es una sustancia de alta preocupación Permanece en nuestro organismo de 8 a 9 años, es una sustancia que se excreta por los riñones y que no se metaboliza. Las personas que se ven expuestas a niveles más preocupantes son los trabajadores de plantas químicas donde se utiliza PFOA o personas o animales que beben aguas donde se ha vertido. Es una de esas sustancias que se estima que se encuentra en la sangre del 95% de los seres vivos del planeta y que si hubiéramos podido elegir, nadie habría deseado llevar dentro. El haber sacado a la luz la toxicidad del PFOA y por añadidura, de los otros perfluoroalquilos o PFAAS, ha dado lugar a una regulación y control. Tras toda la evidencia sobre la toxicidad del PFOA, nos encontramos con que el PTFE es una sustancia que de forma unánime se considera inerte y biocompatible, es decir una sustancia estable que en nuestro organismo no interacciona y no produce toxicidad. Esta característica, según los expertos en química, se debe a la fuerza de sus cadena de fluoro-carbono. Los átomos de flúor forman una barrera prácticamente impenetrable al ataque de otras moléculas, impidiendo que reaccionen con el carbono. Por lo tanto no se le pueden adherir ningunas otras moléculas, excepto otras moléculas iguales de teflón. Tiene además una resistencia elevada a los ácidos, bases, disolventes orgánicos, ozono, hidrocarburos. Las mallas abdominales utilizan PTFE como biomaterial al ser químicamente inerte. Una de las razones por las que se investiga mucho sobre la toxicidad del PTFE es por su uso como biomaterial (hay una extensa literatura que busca su efectividad y ausencia de toxicidad en el uso del PTFE para reemplazar cartílagos, huesos, tendones, en prótesis, injertos vasculares, catéteres, suturas… y como bioadhesivo Es decir, una vez insertado el PTFE en nuestro organismo no provoca efectos indeseables, a nivel local ni sistémico, generando a la vez buena respuesta a nivel celular y de los tejidos, siendo un material de elección por su baja capacidad de inducir respuesta. Cuando el teflón se implanta como malla en una hernia, el tejido abdominal crece entre la malla, quedando integrado el PTFE en el cuerpo de la persona. También por vía digestiva se considera un material inerte utilizándose incluso en un uso tan sorprendente como aumentar el volumen del bolo alimenticio para así dar sensación de saciedad y comer menos. Si bien en todos los estudios se refieren a que es totalmente biocompatible, también encontramos un estudio que habla de inducción de reacción inflamatoria in vitro. El uso quirúrgico del PTFE puede dar lugar a granulomas, es decir reacción inflamatoria. Esto ocurre por la presencia de un cuerpo extraño, no debido al material en sí. Es decir, no se debe a toxicidad de la molécula del PTFE, sino a que el cuerpo reacciona ante el implante como cuerpo extraño que no reconoce, como podría reaccionar frente a un cuerpo extraño que fuese de cualquier otro material. No obstante, a pesar de ser un producto tan seguro, tiene dos inconvenientes su pureza y a las temperaturas. Por lo tanto, la cuestión es: ¿hay actualmente residuos de estos fluorosurfactantes en el PTFE de nuestras sartenes? Según FluoroCouncil, la asociación de fabricantes de la industria del flúor (a la que están acogidos los grandes fabricantes de Europa, USA y Japón), los PFAS tóxicos se han sustituido por sustancias no tóxicas y actualmente se encuentran en el PTFE en una proporción de menos del 0,01%. Estas trazas son imposibles de retirar, porque están embebidas en la matriz del PTFE. Por esta misma razón, no se pueden liberar al cocinar. No se pueden quitar del PTFE por medio de ningún procedimiento y no supondrían ningún riesgo para la salud. Al parecer, el PFOA fue sustituido en parte por otra sustancia llamada GenX en revestimientos antiadherentes. Según Greenpeace la producción de PFOA se ha trasladado a China, a la región de Shandong y este PFOA se importa (al menos a EEUU, según la EPA para la fabricación de bienes de consumo como alfombras, cuero y prendas de vestir, textiles, papel y envases, recubrimientos, caucho y plásticos. Esta producción de PFOA para textiles e impermeabilizaciones es foco de atención para Greenpeace y sobre lo que se está trabajando activamente, habiendo ya empresas que sustituyen las membranas impermeabilizantes basadas en flúor por sustancias totalmente diferentes, sin flúor y exentas de toxicidad. Sinceramente, es pasmoso ver lo complicado y largo en el tiempo que resulta eliminar algo de la cadena mercantil (y qué decir ya de la eliminación de sus efectos en ecosistemas y seres vivos…), como por ejemplo ocurrió con los PCB (bifenilos policlorados), tras 50 años de denuncias y alertas por parte de la comunidad científica y de exposición gratuita a la población (con efectos en la salud reproductiva, alteraciones hormonales, en el desarrollo neurológico) en beneficio de la industria (24). Por lo tanto, nuestra actitud desde Conasi es: Utilizar antiadherentes cuando sea necesario: principalmente en sartenes o parrillas, para preparaciones en las que los alimentos se puedan pegar al cocinarse con poca grasa o líquido. Elegir materiales con menos impacto ambiental para otros usos para los que existen alternativas: moldes de silicona, papel para proteger bandejas de horno, cocinar con cristal o porcelana siempre que sea posible… Elegir el PTFE que asegure mayor resistencia y duración, como el caso del PTFE reforzado con titanio. Evitar utensilios de antes de 2015, Utilizar los utensilios revestidos de PTFE a temperaturas normales de cocinado, evitando accidentes por quemar aceites o sobrecalentamientos olvidando una sartén en el fuego y vacía. Elegir productos fabricados en Europa, de empresas responsables que nos certifiquen que no usan ni PFOA ni sustancias similares,Cuidar y limpiar adecuadamente los utensilios con antiadherentes para maximizar la vida útil. Hacernos conscientes de otros productos que posiblemente utilizamos y que contienen PFOA o sustancias similares y que nos pueden estar generando una exposición mayor que la de la cocina: ropas y zapatos impermeabilizados; telas (p. ej. tapicerías) y alfombras antimanchas, envases de comida (p. ej. para evitar que se empapen de grasa, como bolsas de palomitas, cajas de pizza, cajas de patatas fritas..), productos cosméticos con «fluoro» o «perfluoro» en la lista de ingredientes (lociones, polvos prensados, esmaltes de uñas, cremas de afeitar). Sartén SKK con una crep de arándanos - PTFE Las sartenes de SKK tienen el antiadherente PTFE reforzado con titanio. Haga caso de los cuidados y limpieza de las sartenes con antiadherente de PTFE Antes del primer uso: no es preciso hacer curas, aplicar aceite, ni usar en vacío, solamente lavar para eliminar cualquier residuo o polvo, como se haría con cualquier otro utensilio que va a estar en contacto con alimentos. Dejar enfriar antes de lavar: en los utensilios SKK no hay problema por poner agua justo después de haber cocinado con la sartén, pero por norma general es mejor esperar a que se enfríe para no someter a choque térmico. Lavar en lavavajillas: si bien se puede hacer en alguna ocasión, no es recomendable ya que los detergentes, y sobre todo la sal del lavavajillas, deterioran la superficie de los antiadherentes. Detergentes y estropajos: no debemos usar productos abrasivos para limpiar, si bien también hay que recomendar una correcta eliminación de la grasa. Esto es algo que hemos aprendido a lo largo de los años, al recibir consultas de personas que tras un uso de mucho tiempo de las sartenes SKK se dan cuenta de que se empieza a pegar la comida, aunque el antiadherente se vea perfecto (en sartenes antiadherentes de calidad inferior esto no llega a ocurrir, ya que el antiadherente se va perdiendo o deteriorando antes). Hemos comprobado que el uso prolongado puede dar lugar a que se cree una capa imperceptible de grasa, agravado por el uso de detergentes suaves. Esto es perfecto, si bien la eliminación de la grasa puede no ser total y el efecto acumulativo en el tiempo, junto con el uso de poco aceite (que da lugar a que el alimento esté más en contacto con la base) y de estropajos también muy suaves puede dar lugar a que no se elimine la grasa totalmente. Por eso, la recomendación es hacer una limpieza adecuada, no mediante estropajos agresivos sino usando agua caliente y detergentes que nos aseguren la eliminación de la grasa. No utilizar sartenes con el antiadherente deteriorado: si una sartén se raya o ha perdido el antiadherente por el uso, o bien se ha pegado el alimento y para poderla limpiar se ha deteriorado el antiadherente, no se debe seguir utilizando. La razón es que la superficie deteriorada deja pasar materiales que hay debajo de la capa superficial. La única excepción son los casos en los que debajo de la capa antiadherente hay un material saludable, como es el caso de SKK, que tiene la capa reforzada con titanio debajo del PTFE del exterior. Después de detallar todos los aspectos posibles sobre los diferentes materiales para sartenes y sobre el uso y toxicidad del PTFE, desde Conasi sentimos que queda suficientemente detallado y justificado el hecho de que vendamos sartenes de SKK, aun cuando en el mercado hay muchas otras opciones antiadherentes. Sólo vendemos sartenes antiadherentes SKK porque: Con información de CONASI
11/20/20241 min leer
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