Israel e Irán: Guerra de intereses
Por Luis Felipe Garcia Chávez. "Odio la guerra, ya que sólo un soldado que la ha vivido, es el único que ha visto su brutalidad, su inutilidad, su estupidez." Dwight D. Eisenhower Las tensiones entre Israel e Irán, constantes desde hace décadas, han alcanzado un nuevo punto crítico en 2025. La hostilidad entre ambos países ha crecido progresivamente, alimentada por profundas diferencias ideológicas, el temor a la proliferación nuclear y alianzas geopolíticas opuestas en una región marcada por la inestabilidad. Este año, el conflicto escaló tras un ataque unilateral ordenado por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien justificó su acción con el argumento, ya recurrente desde hace casi dos décadas, de que Irán está cerca de desarrollar armas nucleares. Esta narrativa, ampliamente cuestionada por sectores de la comunidad internacional, pone en evidencia los riesgos de que se utilicen argumentos poco verificables para emprender acciones militares preventivas. La posibilidad de que cualquier líder se sienta con derecho a intervenir militarmente en otro territorio, basándose en supuestos estratégicos o en información no comprobada, representa una amenaza directa al derecho internacional y al principio de soberanía estatal. Lo preocupante es que el conflicto entre Israel e Irán ya no se libra únicamente en el terreno militar. Ambos actores han trasladado su disputa al ámbito comunicacional, utilizando la propaganda como un arma de guerra adicional. A través de imágenes contundentes, discursos emocionalmente diseñados y campañas dirigidas a las audiencias globales, buscan moldear la percepción internacional, justificar sus acciones y ganar legitimidad frente a la opinión pública. La narrativa se ha vuelto parte del campo de batalla, generando desinformación y polarización. En este contexto, la intervención reciente de Trump, quien autorizó ataques a objetivos estratégicos iraníes, marca un giro importante. Hasta hace pocos días, la administración estadounidense mantenía abierta una ventana diplomática. Sin embargo, la presión creciente por parte de Israel, cuyos ataques previos no lograron desmantelar por completo la infraestructura atómica iraní, parece haber sido determinante en la decisión. Algunos analistas advierten que el conflicto podría escalar hacia nuevas formas de confrontación, como ataques cibernéticos o sabotajes a infraestructura crítica en países aliados de Washington. Esto convertiría un conflicto regional en una amenaza global, con consecuencias potenciales para la economía, la seguridad energética y la estabilidad geopolítica. Aunque hasta la noche de ayer no había un pronunciamiento oficial por parte de Rusia, crecen las expectativas de una condena al ataque israelí y, potencialmente, una activación del pacto militar entre Rusia e Irán, con la posibilidad de que China se sume en respaldo del Estado persa. Esta posibilidad eleva no solo la tensión estratégica, sino también el riesgo de una crisis económica global. Lo que comenzó como una ofensiva para frenar un programa nuclear amenaza con convertirse en una confrontación de bloques, con impacto directo en el comercio, la seguridad internacional y los mercados financieros. Habrá que observar, cuando este lunes se reactiven las operaciones bursátiles, qué señales envían los mercados ante este nuevo escenario de alta volatilidad e incertidumbre.
6/25/20251 min leer
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