Emilia Pérez, el conservadurismo en Estados Unidos y un francés

POR : Silvia Aguilar Recuerdo la primera vez que escuché sobre Emilia Pérez. La vendían como un próximo clásico sobre el narcotráfico y la lucha trans. Claramente, si vives en Latinoamérica, suena como el inicio de un buen chiste: "Un narcotraficante entra a un bar de dragas...". Pero, claramente, un francés, quizás enojado por la Batalla de Puebla, pensó que era una gran venganza. Creo que ni siquiera él creía que la idea daría para tanto, pero claramente no contaba (o sí) con que si vendes un México plagado de tianguis en tono sepia (broma nacional), un narco con problemas de identidad y canciones, que debo admitir algunas son pegadizas, tendrías 13 nominaciones al Oscar. Pero volvamos al inicio de todo. Definitivamente, la política está en todo, incluidas estas nominaciones. No hace falta ser demasiado avispada para notar que, mientras el conservadurismo avanza a pasos agigantados en Estados Unidos, la Academia de los Oscars propone una película que está plagada de temas que los conservadores odian y no precisamente por las razones adecuadas: drogas, narcotráfico, transexualidad, etc. Entonces, y no menos importante, el último país donde se estrenó fue en México porque, claramente, y con justas razones, la iban a odiar. No solo el público común, sino también aquellos grupos como las Madres Buscadoras, quienes, mientras por un lado se está estrenando el documental de Norma Andrade, "Norma en búsqueda de justicia", sobre su lucha desde hace 24 años por la justicia para su hija Lilia Alejandra García Andrade, tuve la oportunidad de verlo y también de conocer a Madres Buscadoras, a quienes en la película retratan cantando una canción junto con familias buscadoras y sicarios. Esto por sí mismo es bastante infame, pero en una parte, una madre le besa la mano a Emilia Pérez. Si nunca han conocido a las Madres Buscadoras, déjenme decirles que no conozco a una que diga que te besará la mano. Pero claramente, el francés no conoce a estas mujeres, que no solo son guerreras, sino que muchas, al igual que Norma Andrade, han perdido todo en la búsqueda de justicia. Entonces, tenemos una película bastante vergonzosa, incluso por cómo retrata a Emilia Pérez, que de repente, y como ahora es mujer, es una buena persona. Algo me dice que el francés jamás vio Mujeres Asesinas. Las personas, e incluyéndome, no odiamos la película porque toque temas de narcotráfico, transexualidad y desapariciones, sino porque en ninguno de estos aspectos destaca ni lo hace bien. Como comentario final, si tienen la oportunidad de verla, desaprovéchenla.

1/26/20251 min leer

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